Bion propone
en “Aprendiendo
de la Experiencia” (1962b) que existen tres registros humanos básicos que
determinan vínculos característicos: Amor, Odio y Conocimiento (L, H y K,
respectivamente, por sus siglas en inglés). Y los define de manera bastante
clara:
1. Amor (L): Amor es siempre amor por los hechos tal cual son. El vínculo
L implica un contacto no deformado con los hechos que contemple las
características propias del objeto sin homogenizarlo ni amalgamarlo.
2. Odio (H): Odio es odio a la verdad de lo que los hechos son por mérito
propio. H permite que el objeto sea desconocido.
3. Conocimiento (K): Este es el vínculo más profundamente estudiado por
Bion y lo define como la capacidad para tolerar la ignorancia. En este sentido
no se trata del conocimiento adquirido sino de la capacidad para tolerar la
existencia de un mundo no-conocido implicado en cada nuevo descubrimiento que
se hace.
En este sentido, en el capítulo XIV sostiene que:
Los sentimientos que conocemos por los nombres de "amor" y "odio" parecerían elecciones obvias si el criterio es la emoción básica. Envidia y gratitud, depresión, culpa, ansiedad, ocupan un lugar dominante en la teoría psicoanalítica y, junto con el sexo, parecería que deberían ser elegidas para ubicarlas al lado del amor y el odio. En realidad, prefiero tres factores que considero son inherentes al vínculo entre objetos que se consideran relacionados entre sí. Una experiencia emocional no se puede concebir aislada de una relación. Las relaciones básicas que postulo son: 1) X ama a Y; 2) X odia a Y; 3) X conoce a Y. Estos vínculos se expresarán por medio de los signos L, H y K.
Es decir que el acento no está ya
puesto en la emoción propiamente dicha sino en la experiencia emocional que caracteriza
al vínculo que se establece entre una personalidad o parte de la personalidad y
la cosa tal-cual-es (O), que bien
puede ser otra personalidad, otra parte de la personalidad o la propia
personalidad del individuo.
Este descentramiento no es para nada
menor en la manera en la que gravita sobre la teoría y la técnica
psicoanalítica que se convertirá en lo que años más tarde le va a permitir:
·
Desarrollar un sistema de notación conocido como “La Tabla”
(The Grid) en Elementos de Psicoanálisis (1963).
·
Describir una teoría de la observación de transformaciones en pensamiento y en
alucinosis en Transformaciones (1965).
·
Presentar las herramientas técnicas a las que
llamó pensamientos sin pensador, acciones sin agente y relaciones sin objetos
relacionados en A Memoir of the Future (1991) y en Taming Wild Thoughts (1997a).
Estas ideas fueron ampliamente retomadas por mí en Entrelazamiento.
A efectos de presentar un modelo de
la importancia de estos signos en el trabajo analítico con pacientes y en el
intercambio con colegas, puede analogizarse esta clave emocional con las claves
musicales. Las mismas definen un referencial desde el que se realiza la
observación y se produce y enuncia la interpretación de la naturaleza del
fenómeno.
Tal como lo dice Bion en el capítulo
XV de Aprendiendo, la finalidad de elegir
entre L, H o K es hacer una única
afirmación que es válida de acuerdo con lo que el analista cree. No es
necesario que sea una afirmación que representa con exactitud una
"realización" de la que la
afirmación es la contraparte; la afirmación debe parecer al analista una
reflexión verdadera de sus sentimientos y en la que pueda basarse para un fin
especialmente importante, a saber, actuar como un patrón al que puede referir
todas las afirmaciones que se propone hacer. Si elige L, entonces L expresa una
cualidad con la que compara otras cualidades. L también expresa cantidad y por
esta cantidad el analista medirá todas las otras cantidades que expresa. Es
decir, si L significa para él que los dos objetos están unidos por fuertes sentimientos
de amor, entonces no usará K para un
vínculo fortuito como el que podría ser expresado por un impaciente "Si,
ya lo sé". La elección L, H o K no es determinada por una necesidad de
representar un hecho sino por la necesidad de suministrar una clave que permita
valuar los otros elementos que están combinados en la formulación del
enunciado. En psicoanálisis, donde el valor de un enunciado depende de otros
enunciados, la necesidad de conocer tal
afirmación clave es imperiosa. Debe quedar claro que el
analista está basando los valores de
todos los elementos de su enunciado en ese primer enunciado.
L, H y K son extremadamente útiles
para definir un punto de referencia desde el que poner en perspectiva todos los
otros hechos, que son siempre contingentes y se encuentran en un segundo plano
respecto de las relaciones que surgen entre ellos
[Nota: esta
afirmación, en apariencia inocente, es la piedra angular de la capacidad
observacional que favorece una correcta diferenciación entre lo que el
psicoanálisis freudiano clásico denomina contenido manifiesto (objetos) y
contenido latente (relaciones). Algunas entregas más delante estudiaremos esta
idea].
Y dice WRB: Haciendo esto se
disminuye el peligro de producir un sistema de abstracciones, falto de background
y sólo sujeto a manipulaciones ingeniosas
y arbitrarias.
La unión no exaltada de estos tres
vínculos forma lo que Bion llamó pasión y definió como una capacidad mínima
necesaria para la realización disciplinada de la tarea.
Aporta WRB, además, otro registro al que llama – (menos o negativo) y
que se aplica a los tres vínculos, resultando en - L, - H y - K. Es importante
comprender que – L no implica en modo alguno H, ni viceversa.
Nominaciones posibles de estos vínculos en este registro – (menos)
pueden ser:
1. Idealización (-L): La idealización impide ver al objeto tal cual es,
revistiéndolo de proyecciones y deformaciones con la intención de convertir al
objeto en lo que la persona quiere que sea.
2. Desprecio (-H): Implica una sensación de superioridad sobre el objeto
odiado que genera aversión y desconocimiento de la raíz del problema. En este
sentido no se permite el odio por lo que el objeto es sino que se le niega la
razón de existencia.
3. Alucinosis (-K): La alucinosis es un sistema transformacional que no
tolera lo desconocido ni el misterio. Forja conocimiento obsoleto
(no-conocimiento) sin ningún tipo de respeto ni amor por la verdad.
De esta forma, los dos trípodes
que hacen las veces de pares complejos conjugados de sí mismos, quedarían
resumidos en el siguiente cuadro:
|
L
|
H
|
K
|
+
|
Amor
|
Odio
|
Conocimiento
|
-
|
Idealización
|
Desprecio
|
Alucinosis
|
Para terminar esta entrega quisiera
llamar la atención sobre un punto medular del vínculo K esbozado en los
comienzos del artículo: el mismo no depende del conocimiento adquirido (que,
dicho sea de paso, no es para Bion un contenido sino un profundo proceso de
transformación) sino en la capacidad de tolerar la ignorancia o lo desconocido.
La aproximación a un conocimiento
implica siempre la tolerancia de la existencia de todo lo que ese trozo de conocimiento
no es. De manera muy simple, aproximarse a una silla implica tolerar que esa
silla no es una mesa, ni una
heladera, ni un caballo, ni una tostadora. El área de conocimiento y el área de
ignorancia mantienen un vínculo en tensión que se transforma de manera
exponencial.
Por ejemplo, supongamos que nuestro conocimiento
vive en un área determinada por un cuadrado de lado 2a y nuestra ignorancia en
un cuadrado de lado 4a (ver figura 1).
Si consideramos que el área
de un cuadrado de lado x es igual a lado x por lado x, que por tratarse una
figura de cuatro lados iguales es igual al cuadrado de ese lado x2.
En este sentido, el área de conocimiento será de 4a2 y el
área de ignorancia de 16a2 . Ahora supongamos que aumentamos nuestro
conocimiento al doble, y debamos por ende contenerlo en un cuadrado de lado 4x, veamos qué pasa con las áreas de
conocimiento e ignorancia. El área de conocimiento quedaría en 16a2 y el
de ignorancia en 64a2. WRB rescata de Milton la idea de tomar forma del infinito informe para el
mismo fenómeno al que nosotros estamos acá llamando ampliación del umbral de
sucesos.
Se define así la
existencia del vínculo de conocimiento K definido no tanto por el conocimiento
obtenido sino más bien por un particular disposición para con los hechos que
incluye el respeto por ellos, el amor por la verdad y una elástica tolerancia
de la ignorancia (que veremos en la próxima entrega bajo en nombre de Hipótesis
Definitoria o de Ignorancia).
Dicho en los términos
del modelo de las áreas de los cuadrados, el vínculo K está caracterizado más
por la tolerancia a la existencia del área de ignorancia que por la habitación
del área del conocimiento.
Y esto es medular para
el analista en ejercicio. En Cogitations (pág. 199), Bion reserva dice que
reserva el término 'conocimiento' para
la suma total de elementos que abarca todo lo que el individuo conoce y
desconoce. Tal como lo utilizo no debe suponerse que implica
la existencia de una cosa en sí misma llamada 'conocimiento'; es el nombre de
un postulado que no tiene presencia real (…). 'Conocimiento', en el sentido que
propongo, debe considerarse que pertenece puramente al campo de la
epistemología. Siguiendo la utilización que hago del término sería absurdo
hablar del conocimiento de la astronomía o de que existiera alguna otra
realidad presente que correspondiera al
término 'conocimiento astronómico' más que en el sentido (…) [en
el] que [lo] utiliza el individuo en su relación con los hechos.
Ya veremos en nuestro
próximo encuentro hasta qué punto esto es central en un psicoanálisis.
Hola Leandro. He estado pensando lo siguiente: cuando se está en -K, el deprecio (-H) se expresa a partir de la envidia. Cuando se está en --K, la crueldad (--H) se ejecuta a través de la mentira.
ResponderEliminarSoy Rachel Revart (en Facebook) o Raquel Tesone, psicoanalista, y me dejaste pensando que el desprecio está muy relacionado a la envidia, por esto del control y triunfo omnipotente sobre el objeto envidiando. Ahora bien, porque la mentira está asociada a la crueldad? ¿La crueldad hacia sí mismo por no enfrentar su verdad o hacia el objeto amado en caso de destruir su confianza?
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