Deje el lector desprevenido sus caparazones y
corazas colgadas en el perchero de la entrada. Traiga consigo abundante
tolerancia a lo desconocido: se avecinan terrenos plagados de herencias no
mendelianas, pensamientos sin pensador, ideas salvajes que buscan ser domadas,
métodos precisos de notación, vestigios de cuando éramos animales, transmisión
de experiencias a través del tiempo y del espacio.
Wilfred Rupert Bion es un pensador inquieto
que requiere del lector mucha generosidad mental y temporal. Es un autor para
leer en bloque y salteado. O en orden cronológico. O conceptual. Lo que sí es
imposible hacer es leerlo a las corridas o buscando definiciones precisas
respecto de tal o cual tema.
Parafraseando a Cortázar, la obra de Bion es
un modelo para armar.